lunes, 8 de noviembre de 2010
Me quede sin tabaco , provoqué un silencio y mandé el ángel al estanco.
De pronto todos callamos al unísono y el ángel me llenó de pisadas el salón recién fregado.
¡Ni ángel ni leches! Aquí tó dios paga. (en el peaje)
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