Estaba obsesionado con la espada de Damócles. Aseguraba tenerla pendiente sobre su cabeza, cuando lo único que portaba en ella era un par de espléndidos cuernos.
domingo, 10 de julio de 2011
Diez niños mueren de hambre cada minuto en el mundo. ¡Si dios quiere! (y quiere, quiere...)